jueves, 10 de marzo de 2011

EN VERDADERA ORACIÓN. "MISERICORDIA"

SALMOS CAPITULO 51.

Este salmo sobresale entre todos los salmos penitenciales, pues expresa, mejor que ningún otro, la preocupación y los deseos de un pecador arrepentido. Aquí vemos que:
I. David confiesa su pecado (vv. 3-6).
II. Ora fervientemente para que le sea perdonado (vv. 1, 2, 7, 9).
III. Pide paz para su conciencia (vv. 8, 12).
IV. También pide gracia para no volver a pecar (vv. 10, 11, 14).
V. Ruega a Dios que le conceda libre acceso a El (v. 15).
VI. Promete hacer todo cuanto pueda por el bien de otras almas (v. 13), y por la gloria de Dios(vv. 16, 17, 19). Y, finalmente, concluye con una oración por Sión y Jerusalén (v. 18).



<< Salmos 51 >>
Sagradas Escrituras (1569)
 

1 Al Vencedor: Salmo de David, cuando después que entró a Betsabé, vino a él Natán el profeta. Ten misericordia de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades rae mis rebeliones.2 Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.
3 Porque yo reconozco mis rebeliones; y mi pecado estásiempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.
5 He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.
6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo; y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
7 Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré emblanquecido más que la nieve.
8 Hazme oír gozo y alegría; y se recrearán los huesos que has abatido.
9 Esconde tu rostro de mis pecados, y rae todas mis maldades.
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio; y renueva un espíritu recto dentro de mí.
11 No me eches de delante de ti; y no quites de mí tu santo Espíritu.
12 Vuélveme el gozo de tu salud; y tu espíritu de libertad me sustentará.
13 Enseñaré a los prevaricadores tus caminos; y los pecadores se convertirán a ti.
14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salud; cantará mi lengua tu justicia.
15 Señor, abre mis labios; y publicará mi boca tu alabanza.
16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto.
17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
18 Haz bien con tu voluntad a Sion; edifica los muros de Jerusalén.
19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; entonces ofrecerán sobre tu altar becerros.

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